sábado, 18 de mayo de 2013

MALENTENDIDOS

"La langue est source de malentendus", Le Petit Prince, Antoine de Saint-Exupéry  :)

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Malentendidos

El lenguaje, en general, es escenario propicio para los enredos de la comunicación. Juan Carlos Carranza.

  • 08/04/2013 00:01 , La Voz del Interior
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Una frase suelta, sacada de su contexto, o una coma mal puesta es capaz de generar una guerra. Por eso se dice que no existen los enemigos, sino los malentendidos.
Incluso, se asegura que los malentendidos no son otra cosa que gente incompetente tratando de comunicarse, y también malas interpretaciones. Sucede muy a menudo con los políticos que salen a aclarar al día siguiente que en realidad no quisieron decir lo que dijeron.
“Los errores en la comunicación fluyen desde el malentendido con el mozo que nos trajo el lomito con jamón, pese a pedirle expresamente que lo eliminara, hasta la insinuación de una mujer que torpemente pasamos por alto”, dice Cacho Yerom, el asesor estrella de esta columna.
Sobre el último ejemplo, Yerom, avergonzado, cuenta que en cierta ocasión, durante un tórrido verano, una compañera de oficina se acercó a su escritorio y le dijo: “¡Qué calor que hace!”. Comedido, nuestro consultor rápidamente se ofreció a mover el ventilador, instante en que desperdició la única oportunidad de tener algo más que una relación laboral.
“No supe interpretar a qué tipo de temperatura se refería ella”, recuerda con amargura Yerom.
“Jajaja”. Con la irrupción de las redes sociales, los malentendidos se han multiplicado. Por suerte existe el recurso del “jajaja” para salvar cualquier error de interpretación. Es un clásico encontrar en Facebook frases tales como: “Laura me invitó a una reunión ¡Qué embole! jajaja”.
El mismo post sin el “jajaja” podría dar lugar a una interpretación negativa del encuentro con Laura. Es difícil ejercer el sarcasmo en las redes sociales sin generar agrias controversias. En todo caso, es un desafío para mentes lúcidas. “Primero te sentarás en la hierba, un poco retirado de mí, yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. Las palabras son fuente de malentendidos”, escribió Antoine de Saint-Exupéry en El Principito
Y en ese sentido, las palabras pueden traer confusión, según el lugar donde se las use.
Cacho: se usa para describir una porción de algo en Argentina, España, El Salvador y México; pero también significa cigarrillo de marihuana en Colombia; o mentirilla en Ecuador; teléfono en Honduras, e infidelidad, adulterio, en Venezuela y Colombia.
Cometa: cuerpo cósmico o barrilete (en todos los países); soborno en la Argentina.
Machete: cuchillo grande de jardinería o apunte ilegal para copiarse en los exámenes escritos; nombre vulgar del órgano sexual masculino, en Venezuela.
Vieja: apelativo un tanto despectivo sobre una mujer anciana; usado entre pares masculinos, que denota aprecio (“¡Qué hacés, vieja!”); término utilizado por el presidente uruguayo para referirse a Cristina Fernández.